La insoportable levedad del ser
Odio ponerme filosófico, pero... me he preguntado varias veces el porqué de "insoportable" dentro del título la novela de Kundera. No tengo demasiado claro, tras haberlo leído, si el significado es el de que nuestra existencia, incluso con todo el universo que todos llevamos dentro, es tan insignificante que el darnos cuenta de ello es demasiado para nuestra personalidad. O si el verdadero sentido es que, pese a la ligereza y despreocupación con que podamos llevar nuestra vida, llega un momento en que todo su peso descarga sobre nosotros de una manera incontenible.
Profundo, ¿verdad?. Lo cierto es que nunca he querido hacer demasiado caso a la filosofía, y menos al existencialismo. Como ejercicio de modelado de la existencia colectiva me parece un buen esfuerzo teórico, pero aplicado individualmente me recuerda demasiado al ombliguismo (en mi caso). Y las veces que he dedicado el suficiente tiempo a ello, por desgracia, he llegado a la conclusión que Albert Camus formuló en su tiempo: Todos los esfuerzos realizados por el ser humano para encontrar el significado dentro del universo fracasarán finalmente debido a que no existe tal significado (Wikipedia).
¿Y cómo se aplica esta sobredosis de pensamiento a la vida real? Pues parece que, funcionando continuamente con el piloto automático. De casa al trabajo, del trabajo a casa. Comer, dormir. Pero es descorazonador y, al mismo tiempo liberador, saber que todo lo que nuestro modernísimo estilo de vida ofrece no puede llenarte. Coche, casa, sueldo, diversión -moderada-, móvil, TV, PC, PS2... Me da la impresión de que, precisamente, todo esto no son más que parches que la sociedad nos ofrece para llenar nuestro tiempo libre y que no pensemos en profundidad lo que deseamos de verdad. O lo que más nos conviene.
Me encantaría romper este círculo vicioso, aunque fuera a peor (según los estándares normales, claro). Pero demasiada gente espera demasiado de uno. ¿Y qué es, al final, decepcionar a los que mas te quieren en favor de tu libertad? ¿Un ejercicio de liberación o de egoísmo? ¿Existe alguna balanza en la que podamos medir la importancia de nuestros sentimientos frente a los de los que nos rodean?
Preguntas, Preguntas, preguntas...
Odio ponerme filosófico, pero... me he preguntado varias veces el porqué de "insoportable" dentro del título la novela de Kundera. No tengo demasiado claro, tras haberlo leído, si el significado es el de que nuestra existencia, incluso con todo el universo que todos llevamos dentro, es tan insignificante que el darnos cuenta de ello es demasiado para nuestra personalidad. O si el verdadero sentido es que, pese a la ligereza y despreocupación con que podamos llevar nuestra vida, llega un momento en que todo su peso descarga sobre nosotros de una manera incontenible.
Profundo, ¿verdad?. Lo cierto es que nunca he querido hacer demasiado caso a la filosofía, y menos al existencialismo. Como ejercicio de modelado de la existencia colectiva me parece un buen esfuerzo teórico, pero aplicado individualmente me recuerda demasiado al ombliguismo (en mi caso). Y las veces que he dedicado el suficiente tiempo a ello, por desgracia, he llegado a la conclusión que Albert Camus formuló en su tiempo: Todos los esfuerzos realizados por el ser humano para encontrar el significado dentro del universo fracasarán finalmente debido a que no existe tal significado (Wikipedia).
¿Y cómo se aplica esta sobredosis de pensamiento a la vida real? Pues parece que, funcionando continuamente con el piloto automático. De casa al trabajo, del trabajo a casa. Comer, dormir. Pero es descorazonador y, al mismo tiempo liberador, saber que todo lo que nuestro modernísimo estilo de vida ofrece no puede llenarte. Coche, casa, sueldo, diversión -moderada-, móvil, TV, PC, PS2... Me da la impresión de que, precisamente, todo esto no son más que parches que la sociedad nos ofrece para llenar nuestro tiempo libre y que no pensemos en profundidad lo que deseamos de verdad. O lo que más nos conviene.
Me encantaría romper este círculo vicioso, aunque fuera a peor (según los estándares normales, claro). Pero demasiada gente espera demasiado de uno. ¿Y qué es, al final, decepcionar a los que mas te quieren en favor de tu libertad? ¿Un ejercicio de liberación o de egoísmo? ¿Existe alguna balanza en la que podamos medir la importancia de nuestros sentimientos frente a los de los que nos rodean?
Preguntas, Preguntas, preguntas...