Post criticón en 3 partes

3) Pero de ir al fondo, nada.

El error de las feministas es decir que esto fomenta la violencia de género. No. El problema de este anuncio es que hay gente a la que este anuncio "le pone". Y ellas lo saben. El anuncio no fomenta, evoca. Representa, vamos. En plan exagerado, pero lo hace. Tengo la impresión de que en más de uno y más de dos saraos de sábado por la noche las actitudes de la muchachada de clase alta son como aquí se muestran. O de que a alguno le encantaría que fueran así. A alguno no, a más de uno. Y aquí estamos, como he dicho antes ante un problema de salud mental. O, tal vez por ser menos dramático, de higiene mental.

Y esto es lo que a las feministas les jode pero no pueden decir. Que a mucha gente le gusta esta representación cybermasoquista. Por que que si hay algo sacrosanto en esta charlotada de país que llamamos España, es la virtú y la decencia de sus gentes. Faltaría mas. Pese a la cantidad de gente que se suicida. Que maltrata, pega o mata a la parienta. Que se atiborra a pastillas. Que conduce alegremente su buga tuneado a 250 por hora (y sale en libertad. Otro día iré con los jueces...). Todo esto son pecadillos. Pecatta minutta, que dicen los italianos. Aquí todo el mundo es muy equilibrado y muy inteligente y sabe perfectamente lo que hace . Menos los del otro lado, ya sea PSOE o PP, que son unos malnacidos y ladrones.

Claro, si las feminatas reconocieron esto, tal vez habría que poner en marcha la molesta y agotadora máquina de pensar. Y pensar a quien esta dirigida esta campaña. Y porqué esta dirigida precisamente a esas personas. O quien la exhibe. Y porqué la exhibe. Y cuanto está dispuesto a exhibir a cambio de lo que recibe. Preguntas molestas todas ellas. Y la que más, como ya he hecho notar muchas veces, si estamos cuerdos o qué.