El Blog de John Constantine

Impresiones de un bastardo profesional.

Tuesday, March 06, 2007

Profundo y femenino

Las revistas "para hombres" y "para mujeres" me dan risa. Bueno, me dan más risa las primeras. Sobre todo porque estan dirigidas a un especimen de hombre de clase "alta" que en absoluto abunda en nuestro país. La única vez que leí la afamada GQ me quedé con la boca abierta ante el catálogo de gadgets, deportivos, viajes con destinos exóticos y cremas a precios disparatados. Todo ello dirigidos a ejecutivos con ínfulas de playboy, supongo que del tipo de esos que dirigen la programación de las cadenas de tv (pffff) o dirigen las opas, uniones y contraopasde Endesa (más...pfffff). La misma MAN, que en su momento era , digamos, como algo más "bastorra", se ha convertido también un finísimo muestrario de la ropa y la cosmética que debe llevar el hombre metrosexual. Ropa, todo hay que decirlo, más propia de un martes de carnaval o de un desfile de Galliano -lo cual viene a ser lo mismo- que de salirse a tomar una copa por la noche.

Pero la cuestión es que en las revistas de hombres el tema es tan disparatado que te mueve a la sonrisa. Vamos, que con toda su dosis de pijerío en absoluto encuentra uno pretensiones de "profundidad". A lo sumo de "buen gusto" o de ser "cool". Es como ver esa película de terror tan mala que es consciente de ello y no te disgusta del todo.

Las revistas para mujeres ya son otra cosa. Más peligrosa, diría, incluso. Porque en estas revistas se mezcla una ensalada de conceptos capaz de dejar en estado de idiotez supina a las féminas más impresionables. Así, a los clásicos consejos sobre moda, complementos, cosmética y la ultimísima dieta de la magdalena capaz de convertir a cualquier matrona en un clon de Gwyneth Paltrow, se suman una serie de artículos que proporcionan a la mujer moderna las claves para la educación de sus hijos, el éxito profesional, la relación con la nueva parienta de su "ex" o incluso cómo cepillarse al compañero o jefe de trabajo. Qué nunca se sabe cuando una de estas cosas va a ser necesaria, ojo.

Pero bueno, todo esto podría tomarse en un plan más o menos de broma, como hace uno en el caso de la revistas masculinas. El problema es la (superabundancia) de artículos de psicología. Realizados , además, por profesionales (ejem) del asunto. Cómo superar una ruptura. Cómo afrontar el embarazo. Cómo reprimir la ansiedad. Cómo sentirte mejor contigo misma. Cómo...Artículos sesudos y graves que, curiosamente, brillan por su ausencia en las revistas de tíos. No sé por que. Habría que preguntarles a los editores. ¿Es que los tíos estamos muy bien tal como nos han hecho? ¿Es que no nos cambia ni Dios? ¿Es que la mujer tipo está llena de taras psicológicas que hay que intentar solucionar? Misterio, oiga.

Lo que más gracia me hace siempre es ver como en muchos de estos artículos se fomenta la autoestima, aceptación personal, , valoración de los sentimientos, bla, bla bla y, luego, en la página siguiente , se nos muestra un espectacular especial de moda protagonizado por unas modelos y con unos precios que, a no ser que nuestra intrépida lectora frecuente ambientes como el de Anita Obregón, dudo mucho que sea capaz de afrontar. Eso por no hablar del tiempo que nuestra "uberfraulein" deberá robar a la última reunión del comité ejecutivo de negocios, la educación de los niños (así salen), la relación con su igualmente triunfadora y atractiva pareja, el cuidado del cutis en el instituto Ponds y mil cosas más para conseguir en el gimnasio el cuerpo para embutirse el modelito de Gucci.

Eso sí, todo este rollito pseudofeminista viene adornado de una publicidad, curiosamente, que parece ideada por el espécimen más misógino que imaginarse pueda uno. Con imágenes pretendidamente modelnas, y provocadoras que muestran a los "individuos e individuas" como muñecos de cera en posturas pretendidamente sexuales, al estilo de la última chorrada de Dolce y Gabbana. Una boñiga de anuncio que yo en ningún momento habría censurado, por que la memez se descalifica por sí sola. Eso cuando la imagen publicitada no es directamente la de una especie de robot yonqui situada en un escenario de diseño. ¿Se ha preguntado alguien alguna vez porque tantos modistos visten a las mujeres...sí, como putas? ¿O como yonquis? ¿O como payasos? Buena pregunta para David Delfín, Cucca Solana y otros adalides de la "moda de España". Pues yo se la respondo gratis. Porque a la mayoría de los modistos -Moschino, Galliano, Valentino, Lagerfeld- les gustan los hombres por que son homosexuales. De ahí que muchos tiendan a ridiculizar la belleza femenina.

Y, finalizando el tema de las revistas, que ya me pongo a divagar, lo peor de todo: que se lo toman en serio. Que de verdad se piensan que la mujer de hoy en día debe aspirar a ser una ejecutiva agresiva, una amante excepcional, una madre amantísima, un icono de la moda. Vamos, que la joven de hoy en día debe ser una mezcla del atractivo de Kate Moss , la garra de Mª Teresa Fdez de la Vega y la profundidad (ejem) de Lucia Echebarría.

Sobre todo de Kate Moss.

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